'Mr. Robot', ¿qué decir de 'Mr. Robot'? Hablar de 'Mr. Robot' no es hablar
de una serie cualquiera. Comentar 'Mr. Robot' no es comentar una serie
cualquiera. Ver 'Mr. Robot' no es ver una serie cualquiera. Sí, cierto, hablamos
de hackers informáticos y problemas cibernéticos que se convierten en una
anarquía total. Pensamos en la película por excelencia de esta temática, V de
Vendetta aunque pensar en 'Mr. Robot'... no es pensar en una serie cualquiera.
Empezamos: “Lo que estoy a punto de decir es alto secreto. Hay un
grupo poderoso de personas ahí fuera que secretamente dominan el mundo. Hablo
de tipos de los que nadie sabe nada. Tipos que son invisibles. El top 1% del
top 1%. Tipos que juegan a ser Dios sin permiso. Y ahora, creo que me están
siguiendo.” Ya está, ahí te lo dice y ahí te lo deja. A partir de aquí,
reflexiona y piensa o apaga la pantalla. Decide. Pero rápido porque es cuestión
de segundos que 'Mr. Robot' penetre en tu interior.
'Mr. Robot' es una serie protagonizada por Rami Malek. Qué
interpretación. De las mejores que se han hecho nunca en la historia. No hay
adjetivos en ninguna lengua necesarios para describirla. Ya lo he dicho,
penetra dentro de ti en pocos segundos y una vez entra en tu cerebro te lo va
distorsionando hasta que terminas cansado y sin ideas. Elliot Anderson es un
personaje frío, oscuro, sin familia, drogadicto, solitario y, por excelencia,
un hacker extremadamente inteligente y perspicaz. Desarrolla un papel perfecto
de un chaval en contra de la sociedad actual. Sinceramente y por desgracia no
sé qué decir más de la interpretación de Malek. ¿O debería decir Elliot? Nos
arrastra hasta las profundidades de sus neuronas desordenadas hasta perforar
las nuestras. Y Rami Malek es acompañado por un elenco de actores y actrices
que interpretan su papel muy bien, destacando a Christian Slater quién provoca
un giro argumental de los mejores que se hayan visto en televisión, entre
muchos otros aspectos.
Pasamos a hablar de las escenas, esas grabaciones mediante una cámara
que se hacen con la intención de ser creíbles y no tener errores para el
espectador. En 'Mr. Robot', el 80% de las escenas son escalofriantes. Qué planos
y momentos nos brinda constantemente. Un simple plano vale más que cien grabaciones
conectadas. Encontramos, vemos y gozamos escenas de alto voltaje que precipitan
en nuestros ojos y nos obligan a ponernos en la piel del protagonista para
sentir por lo que está pasando hasta que llega el momento del cambio de plano
para dejarnos respirar. Sin embargo, minutos después volvemos a estar igual.
Analizamos ahora los diálogos llenisimos de reflexiones inteligentes
en los cuales vemos pinceladas de V de Vendetta u otras series/películas sobre
problemas sociopolíticos. Aquí tenéis un ejemplo de diálogo que no voy a
comentar porque lo dice todo. Sentaos y cogeos de la silla:
-¿Qué es lo que te decepciona tanto de la sociedad?
- No lo sé. ¿Es porque todos pensamos que Steve Jobs fue un gran hombre a pesar de saber que ganó millones a costa de niños? ¿O quizá es porque parece que todos nuestros héroes son falsos? El mundo en sí es un gran engaño. Enviamos spam al resto con nuestros continuos comentarios de mierda cubriendo lo que está a la vista, nuestras redes sociales, falsificando la identidad. ¿O es que votamos por eso? No con nuestras elecciones arregladas, sino con nuestras cosas, nuestra propiedad, nuestro dinero. No estoy diciendo nada nuevo. Todos sabemos por qué hacemos esto, no porque los libros de "Los juegos del hambre" nos hagan sentir bien, sino porque necesitamos estar sedados, porque es doloroso no fingir, porque somos cobardes. ¡Que se joda la sociedad!
- No lo sé. ¿Es porque todos pensamos que Steve Jobs fue un gran hombre a pesar de saber que ganó millones a costa de niños? ¿O quizá es porque parece que todos nuestros héroes son falsos? El mundo en sí es un gran engaño. Enviamos spam al resto con nuestros continuos comentarios de mierda cubriendo lo que está a la vista, nuestras redes sociales, falsificando la identidad. ¿O es que votamos por eso? No con nuestras elecciones arregladas, sino con nuestras cosas, nuestra propiedad, nuestro dinero. No estoy diciendo nada nuevo. Todos sabemos por qué hacemos esto, no porque los libros de "Los juegos del hambre" nos hagan sentir bien, sino porque necesitamos estar sedados, porque es doloroso no fingir, porque somos cobardes. ¡Que se joda la sociedad!
Al terminar esta escena condimentada por una música electrizante de
fondo, un primer plano que no solo nos transmite la gran frase sino que nos
contagia toda la rabia que Elliot Anderson tiene con la sociedad nos
provoca un fuerte grito rabioso: ¡Que se joda la sociedad! Brutal.
Y para ir terminando os voy a contar una cosa. Terminé de ver la
serie hace unos meses -recomendable verla en VOSE- y me ví obligado a escribir lo que estáis leyendo. Todo lo que estoy redactando esta saliendo por mi cabeza y pasa a
mis dedos para que los mueva y teclee sin parar todas las ideas, sentimientos,
emociones y pensamientos que me han surgido al ver esta serie. Perdón, SERIE.
He hecho un sobreesfuerzo para adjetivar todo lo que me ha transferido cada
escena, palabra, interpretación y reflexión y he llegado a la conclusión que
Mr. Robot es: oscura, eléctrica, magnética, preocupante, revolucionaria,
pesimista, orgullosa, crítica, confusa, psicótica, apasionante, explosiva,
carismática, escalofriante, compleja, perfecta, convincente, simpatizadora,
realista e incendiaria.
Señores. Ante ustedes tenéis mi serie preferida y de las mejores que
se han hecho, dirigido, grabado, escrito y producido nunca. Lo siento, pero
tengo que terminar con este fragmento:
Vivimos en un mundo construido sobre la fantasía.
Emociones sintéticas en forma de pastillas,
Guerra psicológica en forma de publicidad,
Químicos que alteran la mente en forma de comida,
Seminarios que lavan el cerebro en forma de la prensa,
Burbujas aisladas controladas en forma de redes sociales.
Lo apagamos, le sacamos las pilas.
Comimos una bolsa de organismos modificados genéticamente y tiramos
los restos en el basurero creciente de la condición humana
Vivimos en casas con marca de corporaciones construidas con números
bipolares que suben y bajas en pantallas digitales y no hipnotizan en el más
profundo sueño conocido por el hombre.
Vivimos en el reino de la mentira.
Nota: 10/10
Nota: 10/10
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